20 de octubre de 2011

¿Habremos acabado por conformarnos con una existencia sin azúcar? Tomamos crema light en lugar de helados, aceptamos e-mails en lugar de canciones de amor y bromas en vez de poemas.

Por eso, cuando nos encontramos con el romanticismo no podemos digerirlo. Pero, ¿seríamos capaces de reconciliarnos con él? o, ¿sufrimos de intolerancia al romance?

Y digo yo, en los tiempos que corren, ¿qué está pasando exactamente? Si salimos de fiesta un tío romántico nos puede parecer empalagoso e incluso petardo. Pero, ¿y cuando nos enamoramos de verdad? ¿Nos volvemos románticos? Es decir, cuando conocemos a fondo a la persona que amamos, tiene cabida el romanticismo.

Y ¿en qué momento pasamos del juego de la seducción algo picante o bromista al juego romántico? Con el tiempo se pierde? Yo pienso que hay muchas formas de ser romántico sin ser empalagoso ni lujoso. La magia de una pareja existe o no existe, pero no se debe sobrealimentar de horteradas románticas, en la justa medida bien, ¿que pensáis?

Los esquimales tienen cientos de términos para hablar de la nieve y nosotros hemos inventado el triple para definir las relaciones.

Pero cuantas más palabras inventamos más díficil resulta definir las cosas. En un mundo en el que puedes salir con alguien sin sexo, follar sin salir con él, o seguir siendo amiga de la mayoría de tus parejas después de dejar el sexo... ¿qué define una relación? Puede que sea eso: que lo único capaz de definir una relación sea otra relación."

Y yo pregunto, Nunca habéis estado con alguien en plan cariñoso sin sexo, ya sea un ex o no? O liados con alguien sin que haya implicacion a nivel de relación? Nos implicamos o por el contrario sufrimos de intolerancia al compromiso? Somos frívolos?

Reflexión de Sexo en Nueva York, por Carrie Bradshaw.

1 comentario:

  1. Yo soy un romántico de los pies a la cabeza, un loco al fin y al cabo.

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